Erasé una vez una niña llamada MªCarmen que vendía cerrillas en la calle.
El día de Reyes hizo un carta con lo que encontro en la calle y pidió mucha comida y al día siquiente vio a todos los niños conches de juguetes por la calle, ella se fue al rincon a llorar pero... eran los Reyes Magos y ella les dijo:
-Yo no os creo !no existis!-
-Ven con nosotros y ya veras- dijo Baltasar.
Y se la llevaron al Lejano Oriente. Cuando llegaron, MªCarmen vio a duendecillos verdes andandando, haciendo juguetes de coches y caballos...
Al día siguiente se despertó, y era un sueño y desde ese día tenía un espiritu navideño.
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